Muy calientes y con muchos nervios se retiraban del Estadio de Defensores del Carmen los jugadores y el cuerpo técnico de Racing de Trelew, tras la derrota ante Boca por 2 a 0.
Antes del juego se mostraron muy confiados, como si el juego ante Boca fuera un partido más, tal vez pecaron de confianza y autosuficiencia, sabiendo que jugaban con un equipo del Torneo del Interior.
Racing, del “B”, se creyó superior a Boca desde lo dialéctico, porque en el campo de juego mostró muy pocas virtudes como para pretender mantener la categoría. Dentro de ocho días, en condición de local deberá levantar ostensiblemente su rendimiento, de no ser así, tendrá muy pocas chances de seguir militando en el Torneo Argentino “B”.
El técnico Guillermo Samso fue uno de los pocos que habló cuando el árbitro Juan Ignacio Bruno pitó el final. “Allá se comen cuatro, no lo puedo creer, jugamos mucho mejor que ellos y nos ganaron. Los únicos que intentamos jugar fuimos nosotros”, dijo el entrenador, visiblemente molesto.
Muy escuetas, pero terminantes fueron las palabras del entrenador, que deberá trabajar muchísimo, porque la presión ahora la tiene Racing de Trelew.
Un dato a tener en cuenta es que de las cinco victorias que consiguió en el Torneo Argentino “B”, Racing nunca ganó por más de dos goles. ¿Estará capacitado este equipo para hacerle dos goles a Boca?
Guillermo Samso estuvo muy nervioso durante todo el partido y se quejó mucho del árbitro, aunque a decir de verdad debería agradecerle, porque no expulsó por dos groseras faltas a Diego Napolitano y Federico Sardón, dos piezas claves del equipo.
Un equipo muy violento
Fue la sensación de todo el público que se acercó ayer al estadio de Defensores del Carmen para acompañar a Boca, en su última chance para buscar el ascenso al Torneo Argentino “B”. La previa pintaba otro cariz, porque todos esperaban un duro equipo que viene de una categoría superior, con oficio, tal vez mucha marca, pero con algo de juego.
Y la verdad que jugó muy poco, eso sí, se dedicaron sus jugadores a hablar mucho y a pegar más de la cuenta, teniendo como aliado al árbitro Juan Ignacio Bruno, a quien le tembló la mano a la hora de sacar la tarjeta roja.
Demostró muy poco, dio la sensación de ser un equipo muy, pero muy rústico. Uno de los pocos que intentó algo distinto fue el delantero Esteban López, que en los primeros minutos preocupó al fondo de Boca, pero sobre los 20’ fue neutralizado y después provocó muy poco peligro. También insinuó algo Diego Napolitano, con pincelazos de buen fútbol, pero cuando se dedicó a pegar la embarró y feo.
Finales son finales, pero dio la sensación que Boca puede dar el golpe en Trelew. Habrá que ser pacientes, no ser triunfalistas, saber que todavía deben jugarse noventa minutos en una cancha muy difícil. Pero quedó en el ambiente la sensación de que se puede.
La opinion.
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