Y un día tenía que pasar. Boca Río Gallegos llegó nuevamente hasta Ushuaia para medirse con los Cuervos del Fin del Mundo y terminaron perdiendo uno a cero.
De todas formas, Boca mereció al menos un empate en un partido en el que hizo méritos como para traerse un mejor resultado del que finalmente obtuvieron.
La historia comenzó mal desde los primeros para Boca, porque a los cinco minutos Franco Llamas sorprendió al equipo de Santiago Rapalín y puso el uno a cero cuando los “Xeneizes” se estaban acomodando en el campo.
Con ese tanto, Llamas también terminó con una valla invicta de poco más de 750 minutos y ocho partidos que poseía Eduardo Martínez.
A partir de allí, sufriendo la lluvia y la nieve que cayó durante casi todo el partido, Boca intentó de todas las formas posibles empatar ante un combinado que se armó fuertemente den defensa como para evitarlo.
Como para que el panorama sea completamente malo, Boca sufrió la expulsión del volante Lucas Ceballos, que habitualmente es uno de los mejores jugadores del equipo.
Pero a Boca no le importó, no se “apichonó” y continuó buscando el empate, pero sin suerte en la primera mitad.
Merecían más
Con un hombre menos, parecía que a Boca se le iba a hacer cuesta arriba la misión de empatar, pero no fue tan así y con mucha garra y buen fútbol los muchachos de Boca crearon situaciones como para merecer más de lo que con siguieron, o sea nada.
Los Cuervos del Fin del Mundo no demostraron ser más que Boca como local y nunca argumentaron ser más que sus rivales, ni siquiera con un hombre más.
El partido finalizó 1 a 0, pero Boca regresa con la tranquilidad de saber que lo puede dar vuelta este domingo, en la cancha de Defensores del Carmen, y sobre todo sabiendo que un tropezón no es caída.
La agresión
Una vez terminado el partido, los jugadores de Boca se retiraron de la cancha siendo apedreados por la hinchada local, aunque luego se supo que no hubo heridos
Tiempo Sur.
