Boca no conformó pero le ganó a Mutual de Ushuaia y mantuvo el arco invicto por octavo partido consecutivo
Con la ventaja del 1-0 obtenido la semana pasada en condición de visitante gracias a ese tremendo bombazo de Leandro Fernández desde 25 metros, Boca Río Gallegos salió a la cancha de Defensores del Carmen sabiendo que la mitad del trabajo estaba hecho. Ahora solo quedaba refrendar en casa, esa clara supremacía técnica y futbolística ante un rival como Mutual, entusiasta pero inferior en todos los aspectos.
De todas formas, esa superioridad en cuanto a nombres y estado físico se notó en cuentagotas. Sólo cuando se enchufaban Lucas Ceballos, Ariel D´Augero y, en menor medida Fabián Espeche, Boca marcaba diferencias en el terreno.
Sabedor de sus limitaciones pero con la ilusión de dar el batacazo en suelo santacruceño, el disminuido elenco fueguino siempre tuvo la noble intención de plantear un partido de igual a igual más allá de que en el final la realidad le devolvió un duro cachetazo. Y otro dato que habla muy bien de la gente de Tierra del Fuego: los de la Isla nunca apelaron al juego brusco ni a las faltas “tácticas” para frenar el avance del rival.
En lo estrictamente futbolístico, Boca, como es habitual, arrancó con el esquema de cuatro defensores con Carlos Muñoz, Jorge Olguín, Víctor Manchafico y Lucas Fernández. Los dos últimos con el visto bueno del DT para proyectarse por sus respectivos laterales.
En la mitad de la cancha Rapalín tampoco se salió del libreto ya que puso a dos volantes por afuera (Ceballos y Leandro Fernández) acompañados por Diego Sandoval y Flavio Márquez en el doble cinco. Y arriba, bien de punta, estaban a Ariel D Augero y Fabián Espeche, el reemplazante del Tigre Rodríguez.
Al margen de las posiciones y planteos, el primer tiempo fue trabado, luchado y sin grandes situaciones frente a los arcos. Pero se sabe que en instancias decisivas como estas, poco importa el fútbol que se practique.
Dentro de este contexto el arquero xeneize Eduardo Martínez volvió a demostrar porqué hace 720 minutos que no le convierten un gol. Una gran atajada del ex Uno de Boxing, Ferro y Bancruz, impidió que la visita se adelantara en el marcador en su primer avance serio.
¿Y Boca? Poco y nada. Para destacar apenas las corridas de Ceballos por la banda derecha, el empuje de Leandro Fernández por el otro lado del campo y el temor que siempre infunde la presencia cerca del área del “Demonio” D´Augero que ayer jugó más adelantado por la ausencia ya apuntada del Tigre Rodríguez.
El segundo tiempo no fue muy diferente al primero. Boca RG que amagaba pero no terminaba de concretar y Mutual Banco de Tierra del Fuego que quería pero no podía. Para colmo de males para los de Ushuaia, después de los 15 el equipo empezó a sentir el trajín del viaje y las piernas ya no respondían a los desesperados pedidos del cerebro.
El campeón doméstico en tanto, parecía tener todo controlado a pesar de que la ventaja en los números era muy escasa. Es que un gol de Mutual emparejaba las cosas y obligaba a definir por penales, con todo lo que implica una situación totalmente azarosa como lo son los remates desde los once metros.
Al parecer los hinchas boquenses, intuyendo que en algún contragolpe aislado MBTF podía gritar y empardar la serie, comenzaron a pedirle un poco más de “actitud” a sus futbolistas. Este mensaje-reclamo llegó a los jugadores boquenses que rápidamente volvieron a tomar el control de la mitad de la cancha.
Y Rapalín que al ver que sus hombres de ataque no le respondían de la mejor manera echó mano al banco de los suplentes. Y así como algunas veces los entrenadores se equivocan feo con las modificaciones, en ocasiones dan en la tecla. Y esta vez, como en tantas otras, Rapalín acertó con un pleno y doble ya que en los minutos finales mandó a la cancha a José Quiroga primero y al Tigre Rodríguez después.
Y en el primer contacto con el balón que tuvieron ambos delanteros hubo grito de gol en la poblada cancha de Defensores. Pavada de acierto clavó Rapalín ¿no?
Sea como fuera, a los 42 “Pepe-gol” estampó el 1-0 y dos minutos más tarde el ex nueve de Bancruz puso el definitivo 2-0 después de un contragolpe mortal con toda la defensa fueguina pidiendo un taxi para volver.
Los segundos finales sirvieron para que Boquita se floreara ante su gente que terminó cantando y festejando el pase a una nueva ronda. Ahora se viene Cuervos de Fin del Mundo de Ushuaia que como local le ganó a Júpiter de Piedra Buena 2-1 (perdía 1-0 al término del primer tiempo).
Vale recordar que en la ida, jugada el domingo pasado en Puerto Santa Cruz, el partido terminó 1-1. Frente a los Cuervos, Boca será visitante en el primer chico y define en casa, lo que no es poca cosa.
La opinion austral.
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