17 mayo 2009

¡BOCA ES FINALISTA! ... déjenme seguir soñando

Boca RG venció categóricamente a Ferrocarril Sud de Olavarría y se metió en la final por el ascenso al Argentino “B”. José Manuel “Pepegol” Quiroga fue el autor de los tres tantos del xeneize y tuvo su tarde soñada. Diego Córdoba, de penal, achicó diferencia a veinte del final. El Defensores del Carmen, tuvo un marco de público excepcional, como pocas veces se ha visto. Impecable y sin fallas la organización desplegada por el anfitrión. Un Boca arrollador, que no pudo gritar más goles debido a la enorme figura de Marcos Coronda el golero visitante.
Fotos: Romina Barrientos y La Quimera. Texto: Alfredo Galvez
Las puertas del Defensores del Carmen han sido abiertas para el ingreso del público dos horas antes del inicio del partido, tal cual lo habían anunciado los dirigentes xenizes. A mi llegada y a muchos metros del ingreso, un grupo de agentes de la policía, detienen mi marcha en un chequeo de vehículos , algo está cambiando y para bien, pienso, mientras veo filas de particulares que van llegando al “Defe”.Donde apenas unos días no había nada, ahora encuentro tribunas, y el alambrado olímpico esta “pintado” de azul y oro con banderas y trapos que flamean al viento, pero más me alegra ver “trapos” de otros equipos de mi ciudad, apoyando, diciendo presente en esta tarde de cielo limpio y celeste, pero fría, muy fría que me aseguran una térmica de no menos de tres grados bajo cero. Boca llega al estadio bien temprano, con un Eduardo Martínez, eufórico cantando desde la trafic contagiando al resto de sus compañeros. Hay clima de fiesta en la ciudad y se ha trasladado a la cancha. El albiceleste aparece bien temprano y con ambos equipos terminando los movimientos precompetitivos cambian pilcha de fajina por la oficial y con una cancha, pocas veces tan llena como hoy, minutos antes de las catorce treinta pisan el sintético de Defensores, encabezan la terna arbitral y detrás de ellos ambos equipos en doble fila india, me asemejan a gladiadores pisando el coliseo romano.
Cierre de la llave uno, solo un lugar vacante para un finalista y la chance del repechaje para quien pierda. Cuando Don Walter Herrero, referente del arbitraje de Trelew, hoy asignado para la contienda, marca el arranque y se persigna, son muchos, muchísimos los que lo imitan y entre ellos me incluyo.

Ferro y la pelota, Ferro y las ganas de plantarse en campo rival, como para dejar en claro a los miles de santacruceños hoy presentes, que ellos no vienen a colgarse del travesaño ni mucho menos, quieren los tres puntos y si para eso hay que atacar, atacamos, habrá sido la arenga de Don Arbío, técnico del albiceleste de Olavarría. Y las primeras pelotas de centros cruzados llegan a manos de Martínez, que una a una va capturando y las devuelve de igual forma a campo contrario. “Quien es ese enano??” la pregunta obligada de Don Cesar en la banca visitante para su colaborador, en referencia explicita a Fabián Espeche, que con un mentiroso cinco en su espalda, recorre el ataque por derecha y por izquierda, sintiéndose a gusto por ambas puntas, y complicando tanto a Barrientos como a Arroyo.
Los centrales Benítez y Giunta se turnan para tomarlo a D´Augero y si bien Boca ahora ha compensado los primeros intentos de Ferro, empieza a marcar diferencia en el medio campo, no tiene llegadas profundas sobre el arco de Coronda. Ya hemos pasado los diez minutos, esos que siempre se toma Boca en cada partido, y ahora de los pies de Ceballos, Leandro Fernández y Flavio Márquez genera fútbol, abre la cancha y va por las puntas. Doce minutos, lateral en ataque, banda derecha, cerca del banderín del corner. Desde allí la pelota va al corazón de área, alguien que la peina para meterla en zona caliente, Quiroga la ve venir, pero está de espaldas al arco, puede tocar para un compañero que venga de frente, pero no, José Manuel empieza a demostrar que esta tarde fría de Gallegos, va a ser “su” tarde… Se suspende en el aire, marca una media “chilena” de derecha y Marcos Coronda, tan sorprendido como toda la defensa, acompaña, perplejo el ingreso de la “caprichosa” que saltarina y exultante besa la red por primera vez, para que toda la hinchada delire.
Uno a cero en el Defensores, y Boca va por más, comienza a desprenderse Lucas Fernández por izquierda, Cabral no sube tanto por su banda pero le mete “cerrojo” a todo aquel que intente por ese lado. Biaggio, empieza a bajar metros a ver si puede perderlo a Manchafico, pero “totito”, como lo apoda su familia, es insobornable en la marca y por las dudas lo tiene cerca, bien cerca de Damián Barrionuevo. Ellos saben de la ausencia obligada de la dupla central Olguín, Muñoz, pero toda la tarde pusieron lo mejor de ellos, para hacer olvidar a sus compañeros y amigos, para confirmarnos a todos que Boca tiene un equipo “largo” y el que entra responde.
Le costó mucho al albiceleste, recuperar la memoria de esos primeros minutos del arranque, y si bien Gargaglione, ganaba y perdía en la zona media, los intentos del medio campo, tanto de Carlos Arena como de Rubén Maldonado en buscar con pelotazos cruzados, alguna cabeza “salvadora” de Biaggio o Longuini encontraban siempre una defensa firme tanto por abajo como por arriba. Juan José, solo ganó una vez de arriba y la pelota salió totalmente desviada. Con tres minutos de alargue, Don Herrero se apiadó de los muchachos en cuanto al frío y los mandó al descanso.
La pucha que te cala hondo en los huesos el otoño acá en sur. Y si bien está el confort del auto, que te pueda resguardar, la gente sigue firme, estoica, con la “ñata” pegada al alambrado, aquellos que han elegido ese lugar para seguir de cera el partido. Inamovibles aquellos que han copado las tribunas. Y el “buffet” labura a full en el entretiempo, con los famosos “chori”, pero buscando un sorbo de café que te caliente el cuerpo. Mi eterno “faso”, cómplice de tantas tardes de fútbol, hoy ha sumado dosis extras en cuanto al refuerzo de bajar la adrenalina, de matar la ansiedad.
Boca está a cuarenta y cinco minutos de la hazaña, si bien es cierto que lo hecho por estos muchachos ya es histórico, uno sueña, este uno a cero, si bien no te asegura nada, alimenta la expectativa, te invita a soñar despierto, llegar a la final solo depende ahora de un solo tiempo, los que Don Herrero comienza a desandar con su silbato.
Boca vuelve al ataque en la complementaria y eso es bueno, me quita esa preocupación solo mía de pensar que lo va a dejar venir.
Me imagino a Don Santiago en el entretiempo. “Fabián, encará por derecha, pasalos por arriba” Y Fabián Andrés cumplió a rajatabla, encaró una y otra vez y fue demoliendo la defensa, Enzo Barrientos no pudo con Espeche, pero eso sí, siempre fue leal, como todo Ferro durante el partido. Ocho minutos de la complementaria, banda derecha, ataque xeneize a pleno, el manual canta desborde y toque para quien venga mejor perfilado. Leído a la perfección, y cumplido tal cual, encuentra a Quiroga en esta loca manía de hacer explotar gargantas, porque su derecha en aparición electrizante, derrota por segunda vez a Marcos Coronda, para elevar sus manos al cielo como esbozando una plegaria al de arriba y esperar jubiloso el abrazo de toda la “tropa” xeneize que lo “esconden” bajo los festejos. Ahora sí, pienso, la tan ansiada final está más cerca.
Ferro quema naves, mete cambios, en busca de achicar diferencia en el marcador. Diego Córdoba y Maxi Vera le dan más vuelo ofensivo y mejor trato al balón. Boca no se repliega, ahora su táctica es distinta, le cede un ralo la caprichosa a sabiendas que de contra gana. Y del dicho al hecho…
Ataque por derecha, centro al segundo palo, por izquierda aparece D´Augero, la cabeza del “vikingo” lleva rumbo de gol, pelota casi imposible de parar, pero para Coronda parece que no hay nada imposible y con reflejos envidiables, la desvía pero la redonda sigue en el área, la defensa duerme, quien está más despierto que nunca es Quiroga, que hace de su efectividad arrolladora una trilogía para que Boca comience a pensar en la final. Tercer grito de gol de Pepe y se repite la escena, los brazos al cielo, los abrazos efusivos de sus cómplices y amigos llamados compañeros de equipo, esbozan una sonrisa amplia en el hincha local.
Ferro no se amilana y casi por inercia va al frente, quiere cambiar ataque por ataque y dentro del área, cuando partía una pelota en busca de la red de Eduardo Martínez, encuentra una mano del xeneize que Herrero no duda en marcar. Diego Córdoba, cambia penal por gol y pone el resultado tres por uno a poco más de veinte para el final. Ceballos, Leandro Fernández y Márquez encabezan cada ataque de Boca, ya no están ni Espeche, ni D´Augero, ya cerró su cuenta José Manuel Quiroga que ha dado paso al ingreso del “tigre” un ídolo indiscutido de Boca y Don Santiago generosamente hace que se sienta un aplauso cerrado tanto para la figura de la tarde que se retira como para Rodríguez que entra.
Distintos nombres pero igual consigna, el arco de enfrente, Boca quiere más, pero Coronda no lo deja, Marcos deja bien en claro que es un arquero con todas las letras y se empeña hasta conseguirlo en que su equipo no se “coma” una goleada mayor. Le ahoga sendos remates de gol al Tigre, a Márquez, a Leandro, y a todo aquel que osara convertir el cuarto. Hasta que tanto empeño hace que en otra salvadora atajada, reciba un golpe, producto del juego, y tras intentar su regreso, no puede continuar. Longhini con buzo de arquero, por cambios agotados, intenta en los últimos minutos mantenerse invicto.
Manchafico, con el “aval” del banco, se manda en ataque…. “Cinco más….grita don Herrero, la gente grita, alienta, Boca manda en la cancha, afuera y adentro. Los últimos cartuchos de la pirotecnia estremecen el Defensores del Carmen, confirman que en este escenario, Boca sigue siendo inexpugnable.
El pitazo final, da rienda suelta al once boquense al festejo. El resto del equipo ha dejado la banca y se abrazan todos con todos. Ferro lo asiente a metros con un aplauso y mi ciudad hoy vestida de azul y oro reparte sus aplausos entre “su” Boca y este Ferro que ha sido un digno rival.
Boca está en la final, Boca sigue acrecentando sueños patagónicos, Dirigentes que se abrazan, el festejo es en cada rincón del Defensores, porque “El BOCA” como lo llaman sus hinchas sigue su marcha por un lugar en el Argentino “B”.Habrá descanso obligado, la espera del rival de turno para la final, llevará no menos de quince días. Me voy de la cancha compartiendo la alegría de todos, que es la mía. Escribir lo vivido es muy difícil, porque las sensaciones encontradas son muy fuertes y a veces es imposible plasmarla en un escrito.
Gracias Don Santiago, Gracias Don Claudio, Gracias a todo el cuerpo técnico y su dirigencia y un GRACIAS gigante a todos los muchachos. A todos... “Gracias por tanto…perdón por tan poco…” El sueño de la final es un hecho… déjenme seguir soñando

La Quimera.