TORNEO DEL INTERIOR
Boca RG derrotó a los Cuervos del Fin del Mundo por tres tantos a cero en el Defensores del Carmen, rompiendo con los sueños de Eposto y sus muchachos y reafirmando de esta manera los propios. D´Augero sobre el final de la primera parte abrió el camino para que el “Tigre” Rodríguez y Flavio Márquez en la segunda sellaran el triunfo xeneize. Otra floja tarea arbitral, en este caso a manos de Walter Herrero que solo me hace pensar que no llegó en su plenitud física, porque trotó la cancha todo el partido, dirigiendo desde una distancia abismal los noventa minutos.
Fotos: Romina Barrientos. Texto: Alfredo Galvez
Trece horas ininterrumpidas de lluvia sobre Río Gallegos no es poca cosa, la ciudad está poco antes de las cuatro de la tarde inundada por donde se la mire. Pero las bondades del césped sintético le tuercen el brazo al clima y es fácil dictaminar que se juega en el Defensores del Carmen por el Argentino “C”. Boca con Martínez como capitán y un loock en su cabellera emulando el eterno “engominado” de Carlos Gardel, producto del “aburrimiento” de Víctor Manchafico en la concentración, aparece en campo, con indumentaria totalmente amarilla exceptuando el azul que cruza horizontal el pecho. Mucho público, en su mayoría al resguardo de la comodidad de un vehículo porque el agua no da respiro. La firme y ruidosa “12” xeneize detrás del arco que da hacia la calle Zapiola con sus trapos y los fuegos de artificio le dan el colorido necesario en el recibimiento de Boca.
Sobre el pucho nomás el Cuervo, el azulgrana marca su presencia en el campo de juego. Herrero, Montero y Chico, la terna arbitral designada para dirigir este partido se prestan para el ritual de saludo, sorteo y otras yerbas que pautan la previa del inicio del encuentro.
Me imagino de antemano en la visita un esquema ultra-defensivo, pero Eposto me despista y tira por tierra mi creencia original.
Porque ni bien Don Herrero pitó el inicio del partido, Franco Llamas y Lucas Soto ya peregrinaban por tierras xeneize. Alan Zentner suelto y el experimentado Claudio Rola, como un cinco a la antigua, bien parado en el medio, pero varios metros por delante de su última línea. Luis Sea Corpus, bien abierto por izquierda “jodía” el esquema previsto por Santiago Rapalín. Los cuatro del fondo azulgrana, esperaban bien parados y ordenados con el objetivo claro: “Por aquí no pasarás”.
Boca a sabiendas de su propia necesidad de triunfo e imaginando un rival con la “cola” bien atrás, dibujaba dos en el fondo que recaían en Carlos Muñoz y Jorge Olguín. Manchafico y Lucas Fernández bien abiertos por los laterales, pero pensando en jugar del medio hacia arriba. Leonardo y Leandro Fernández junto a Quiroga y Márquez componiendo una nutrida y poblada zona central, pero rotando permanentemente a fin de poder desengancharse para pisar el área rival. Fabián Espeche y Ariel D´Augero los dos puntas para desequilibrar y olfatear el gol. Pero Don Herrero, hombre oriundo de Trelew, sobre el minuto quince aplica su primer “siga, siga” desde fácil, veinte metros de la jugada, cuando después de un desborde y posterior centro desde la derecha, encuentra, primero un clarísimo y evidente empujón contra Leandro Fernández y tras cartón la toma ilegal y alevosa del cuerpo de José Luis Quiroga. Dos penales en uno, una “ganga”, oferta especial, casi un “combo” que Don Walter obviamente se complace en ignorar.
Boca ponía en cada rincón de la cancha y el Cuervo no se quedaba atrás ni mucho menos. Marcovechio se plantaba por derecha a espaldas de Lucas Fernández y obligaba al marcador lateral xeneize a no proyectarse tan seguido. Lo propio hacía Luis Sea Corpus por izquierda con Manchafico. Franco Llamas y Lucas se buscaban en ataque permanentemente, o en su defecto bajaban unos metros para pibotear en zona media. Esto cuando no salían disparados a buscar algún sablazo que desde el fondo partía en forma de contra ataque. Y puedo asegurarle que de esas tuvieron tres, claras, clarísimas, que Martínez ahogó una por una, para convertirse en “San” Eduardo. Arriba, volando y cacheteando un cabezazo de Llamas que se colaba en su ángulo derecho. Abajo, al rincón pegadita al caño izquierdo y de frente, mano a mano que volvió a ganar el uno boquense. Boca generaba en cada ataque, corner tras corner, que Javier Ortega y sus puños o Cavalotti y Lemul de cabeza se encargaban de alejar, cada centro que rondaba por cercanías de su arco.
Pero porfiado este Leandro Fernández, por derecha y de zurda en un nuevo tiro libre próximo al minuto cuarenta y uno, la pone al segundo palo, para que D´Augero se cuelgue de una nube, le gane en el salto a todos y mande la pelota al fondo de la red para que Boca se ponga al frente por uno a cero. Los cinco minutos restantes, incluido el descuento, lo tuvieron al xeneize a pleno ataque y al Cuervo casi “grogui” a la espera de la “campana” convertida en silbato que Don Herrero pitó en señal de descanso o final de la etapa, como a Ud. le guste.
Hoy la lluvia es eterna, como eterno son los quince minutos de descanso. No hay cambios, salvo el de Mario Pérez, que promediando la primera etapa había ingresado por un lesionado, Carlos Muñoz, en Boca. La casaca roja de Don Herrero es el cambio mas notorio en el arranque del complemento .En campo poco cambiado esto era, boca plantado en ataque, y el cuervo presto a la contra. Espeche empezó a ser asistido casi en forma permanente y Fabián desbordo prácticamente siempre en esta etapa. Lucas Lemul comenzaba a desdoblarse en defensa en cada cruce. Leonardo Fernández a pura gambeta apilaba hombres azulgranas. Leandro con un despliegue enorme recorría en tres cuartos, de derecha a izquierda y viceversa. El salteño Márquez a esta altura le ganaba por lejos posición y pelota al capitán Rola. Y sí, Boca era mucho mejor que en el primer tiempo y se observaba una merma en lo físico en la visita. Leo por izquierda, dentro del área intenta poner con comba al poste zurdo de Ortega pero una mano grosera de un defensa se lo impide, penal. Chance clara para Boca en los pies de D´Augero, que ya metió uno, y esta jugando de bien para arriba. Ariel la toma de derecha, casi al medio y a pesar que Ortega levemente inclina su cuerpo en dirección de su poste izquierdo, sus pies le dan el milagro necesario para ahogar el grito de gol. Veintisiete minutos, Don Santiago mueve el banco, va Rodríguez por Quiroga, atacante por atacante, goleador por goleador. Dos minutos más tarde un nuevo tiro libre por derecha le da otra posibilidad a la zurda de Leandro. Centro al corazón del área, por el segundo palo aparece el “Tigre” y en su primera intervención. Como felino que es, ruge en grito de gol, contagiado en cientos de voces que deliran en el Defensores del Carmen. Con Boca dos a cero arriba, obliga al Cuervo ir en busca de una hazaña. El juego por decantación se hace abierto y frontal. Un par de tiros libres en los pies de Zentner y algún remate de larga distancia para la visita, pero la lluvia, el caucho y el mismo ritmo del partido le pasan factura al azulgrana. Ya no hay piernas, ya las respuestas no son las mismas. Juego rápido por zona media se desengancha y sorprende Márquez, pase al ras del piso entre los centrales, pisa el área Flavio y entonando un “Soy de Salta y hago falta” (Esto dicho por mi amigo “Mangueriña”) con pasmosa tranquilidad la pone abajo y a la izquierda de Ortega, sellando el tres a cero sobre los treinta y seis. De ahí en más solo fue festejo de la parcialidad xeneize, si bien la lluvia no paraba, la gente ahora terminaba viendo los últimos minutos fuera de sus autos y pegada al alambrado. Las incontables bombas de estruendo, sacudían la tarde en el tranquilo barrio del Carmen. Herrero ya cansado de trotar, hizo un parate y pitó el final. Boca se abraza en el campo por un nuevo triunfo, Boca se sigue abrazando a la ilusión de llegar lo más arriba posible. Noticias del norte llegaban con triunfo de Defensores de La Rivera en tierras Caletense, Boca deberá preparar valijas para viajar a Gaiman, lugar donde la gente de Rawson hace las veces de local, hasta allí iremos para contarles.
Boca sigue, El Cuervo se baja, excelente la campaña de los “boys” de Eposto, como es de destacar también que una vez finalizado el encuentro, reunió a sus muchachos y les habló a todos, seguramente para felicitarlos por lo hecho en todo el torneo.
Boca necesitaba ganar y lo hizo, quedará para los especialistas que entiende de esto más que yo, desgranar si se jugó bien, mal o regular. El objetivo se cumplió y mientras me mojo en esta insufrible tarde de lluvia, pienso que las circunstancias han hecho posible que se pase Comodoro… y eso no es poca cosa. Boca empieza a mirar el mapa hacia el Norte.
La Quimera.
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